Cuando un individuo busca su verdadera identidad y debe para ello cambiar su género, se somete a una serie de afrentas; irrespeto, rechazo, humillación, discriminación, exclusión, aislamiento, menosprecio y demás ultrajas habituales, incluso por parte de sus cercanos, aunque en medio de tanto menosprecio, existe un sector dispuesto a comprender
No obstante, desde las perspectivas médicas, psicológicas y legales se ha dado un giro a la forma en que se encasillan  grupos poblacionales, incluidos los miembros de la comunidad LGTBI (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales e Intersexuales) y  aunque algunos sectores eternicen la porfía de la exclusión y también lo hagan con otras minorías (indígenas, negros, etc.) debido al analfabetismo cultural, asociaciones a nivel mundial velan porque se respeten los derechos de todos. 

6

A nivel semántico, se usa la palabra transexual cuando una persona cambia el sexo, bien sea de mujer a hombre o de hombre a mujer, sometiéndose a un proceso quirúrgico en manos de un equipo de profesionales especializados. Transexualismo NO ES UNA ORIENTACION SEXUAL; ES UNA TRANSICION.

El término transgénero, en cambio, es multifacético, refiere las variantes de identidad de género; puede ser un hombre que se siente atraído por las mujeres, pero también se identifica como un travesti. Otros ejemplos incluyen personas que se consideran personas de género no conformes, multigénero, andrógino, de tercer género y de dos espíritus.12.

La APA, (American Psychological Association), hasta hace poco tiempo clasificaba al transexualismo  como un trastorno de identidad de género,  utilizando el término transgénero, así:

“Transgénero es un término general para las personas cuya identidad de género, expresión de género o de comportamiento no se ajusta con el sexo que se les asignó al nacer.  

La identidad de género se refiere al sentido interno de una persona hombre; expresión de género se refiere a la forma en que una persona comunica la identidad de género a los demás a través de las características de comportamiento, ropa, peinados, tono de voz o características  del cuerpo”.  “Malestar persistente con el propio sexo o sentimiento de inadecuación con su rol.   

En los niños la alteración se manifiesta por cualquiera de los siguientes rasgos: en los niños, sentimientos de que el pene o los testículos son horribles o van a desaparecer, de que sería mejor no tener pene o aversión hacia los juegos violentos y rechazo a los juguetes, juegos y actividades propios de los niños; en las niñas, rechazo a orinar en posición sentada, sentimientos de tener o de presentar en el futuro un pene, de no querer poseer pechos ni tener la regla o aversión acentuada hacia la ropa femenina. 

En los adolescentes y en los adultos la alteración se manifiesta por síntomas como preocupación por eliminar las características sexuales primarias y secundarias (p. ej., pedir tratamiento hormonal, quirúrgico u otros procedimientos para modificar físicamente los rasgos sexuales y de esta manera parecerse al otro sexo) o creer que se ha nacido con el sexo equivocado”.1.

En la actualidad la APA,  (nueva edición revisada del DSM-5 elimina el “Trastorno de la Identidad de Género” de la categoría “Enfermedades Mentales” conservando únicamente  el término "disforia de género", o la angustia que sufre la persona que no está identificada con su sexo masculino o femenino, convirtiéndose esta en preliminar exploración juiciosa y profunda en veinte años y que fue admitida en mayo del 2013.    Al igual que con el término “homosexualidad”, al excluir el transgenerismo de la lista de enfermedades psiquiátricas, la APA, pretende obtener la regulación del vocablo.

Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta la fecha incluyó el Transexualismo dentro del grupo de Trastornos de la Identidad Sexual, aduciendo que: “Consiste en el deseo de vivir y ser aceptado como un miembro del sexo opuesto, que suele acompañarse por sentimientos de malestar o desacuerdo con el sexo anatómico propio y de deseos de someterse a tratamiento quirúrgico u hormonal para hacer que el propio cuerpo concuerde lo más posible con el sexo preferido”.2.

A partir del año 2018 la OMS cambiará la transexualidad dentro de la clasificación actual, quedando como un "trastorno de la identidad de género" y pasará a llamarse "incongruencia de género". Si bien es cierto el cambio no llena las expectativas de esta población, es alentador, que por lo menos, se saque el transexualismo de la categoría "trastornos de la personalidad y del comportamiento".

Esta nueva clasificación (CIE-11) reemplazará a la actual (CIE-10) que ha estado vigente desde el año 1990, el mismo en el que la homosexualidad se eliminó de la lista de enfermedades. Mientras tanto seguirá el colectivo trans pidiendo que no se considere la transexualidad como una patología.3.

Siglo XX, inicio de los años 1900, más de cien años han pasado y hemos avanzado en algunas cosas, en cuanto a los Derechos Humanos no se ha logrado comprender que cada quien puede estar, vivir, existir y sentir y esa incomprensión genera atraso. Vemos la vida solo desde nuestra óptica.

Sigue habiendo minorías. Las minorías no deberían existir. TODOS SOMOS SERES HUMANOS, TODOS TENEMOS DERECHO.

Cito los años 1900, me avergonzaría ir un poco atras. Traigo a colación la historia de Einer Weneger por ser la primera documentada.

Eugen Steinach 7 investigó las hormonas sexuales y sus efectos en los mamíferos a fines del siglo XIX y principios del XX, injertando ovarios en ratas macho castradas en la infancia y notó el crecimiento de los senos y los pezones. 

Cuando llegaron a la pubertad, estos animales "feminizados" no mostraron interés en hembras en celo y no mostraron comportamiento de apareamiento masculino. Ocurrió lo contrario en ratas hembras cuyos ovarios habían sido reemplazados por injertos testiculares. Pese a las investigaciones, pasan décadas para que los científicos sinteticen las hormonas sexuales estrógeno y testosterona.8

En su novela, autobiográfica, Lily Elbe, nombre que adoptó Einar Mogens Wegener, tras someterse cirugías de cambio de sexo, cuenta su historia desgarradora, dura e imposible, sobre todo por el conflicto interno, emocional que produjo verse hombre y sentirse mujer.  

Nacido en Dinamarca en 1882,  Einar Mogens Wegener, artista, aún viviendo como hombre se casa con Gerda Wegener en 1904. Durante la relación de pareja y debido a diversos episodios, Einar comienza a sentirse dentro del cuerpo equivocado e inicia su esforzada y dura cruzada por forjarse mujer.

Quizás porque es mi trabajo, mi obsesión va más alla de lo esperado, motivo por el cual repasé la película "The Danish Girl", la segunda y la tercera vez centrando la atención, en la voz de Einer. Pese a no ser implìcito, el entrenamiento vocal, es innegable su necesidad de "cambiar la voz" para parecer femenino es evidente.